La galvanización por inmersión en caliente, por ser un proceso industrial altamente mecanizado, tiene un costo inicial mas bajo que otros recubrimientos para protección contra corrosión en diversas aplicaciones. El bajo costo inicial y la durabilidad hacen que la galvanización sea el medio más versátil y económico para proteger el acero y el hierro fundido por largos periodos contra la corrosión atmosférica.
La durabilidad de los productos galvanizados es directamente proporcional al espesor del recubrimiento del zinc e inversamente a la agresividad del medio ambiente. Suele llegar a 10 años en atmosferas industriales, 20 años en la costa marítima y frecuentemente mas de 25 años en las áreas rurales.
La galvanización por inmersión al caliente por si sola es un medio duradero y con excelente costo-beneficio. Además, el acero galvanizado se puede pintar resultando en la combinación conocida como sistema dúplex. La pintura sobre el acero además de darle el color al material (por estética, seguridad, o señalización), aumenta aproximadamente el doble de vida útil de la estructura indicada para ambientes extremadamente agresivos.
El proceso de galvanización es sencillo, directo y totalmente controlado. El espesor(masa) del recubrimiento formado es uniforme, previsible y de fácil especificación (de acuerdo a la norma ABTN NBR).
Con la galvanización pro inmersión en caliente es posible revestir la pieza completamente en algunos minutos, mientras que otros procesos demandan horas hasta días. Después de la galvanización la pieza esta pronta para ser utilizada, sin exigir preparación de la superficie, retoques o pintura.
EL proceso de inmersión en el zinc fundido produce un recubrimiento unido metalúrgicamente al acero por la formación de capas de aleaciones Fe – Zn y Zn. Ningún otro proceso de recubrimiento presenta esta característica que le confiere al producto galvanizado durante el manejo, almacenaje, transporte e instalación.
La inmersión de la pieza en el zinc recubre todas las superficies (superficies internas, externas, esquinas y ranuras estrechas) donde la protección por otros procesos sería imposible.
La galvanización, diferente de otros esquemas de protección contra la corrosión, le confiere protección del acero en dos formas: protección por barrera y protección catódica. – Protección por barrera: el recubrimiento de zinc aísla todas las superficies internas y externas del contacto con los agentes oxidantes presentes en el medio ambiente. – Protección catódica: el zinc, por ser mas electronegativo que el acero, sufre corrosión preferencial al acero y se sacrifica para protegerlo. En caso que el recubrimiento se dañe provocando fisuras en la capa de zinc, los productos de corrosión del zinc, por ser adherentes e insolubles, se depositan sobre la superficie expuesta del acero aislándolo nuevamente del medio ambiente, es un proceso similar al de una cicatrización.
El producto galvanizado se puede inspeccionar fácilmente. Por la naturaleza del proceso, la identificación de un recubrimiento continuo y adherente es inmediata. Además, su espesor se puede verificar fácilmente en cualquier momento, por medio de equipo magnético o ensayos no destructivos (de acuerdo a la norma ABNT NBR – 7397/7398/7399/7400).
La resistencia mecánica del acero, junto con la resistencia a la corrosión del zinc, hace al producto galvanizado un medio versátil y económico para diversas aplicaciones. La galvanización por inmersión al caliente, también conocida como galvanización al fuego, consiste en la inmersión de acero o hierro fundido en un baño de zinc, formando un recubrimiento de zinc y aleaciones Fe – Zn.
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