Los beneficios del uso de galvanizados en el sector minero
Tanto en Brasil como en Chile, el uso del zinc para recubrir materiales metálicos de fierro ha permitido que los costos de mantenimiento se reduzcan y que se prolongue el uso de estos implementos en los proyectos de empresas del sector minero. Además, permite el reúso y reciclado de este metal para subsanar y mejorar estructuras de las plantas mineras.
En el año 2017, un accidente fatal se produjo en un parque en el distrito La Esperanza, en Trujillo. Una estructura de fierro, que se usaba como juegos infantiles, colapsó debido al notorio óxido que brotaba de su base. Este terminó cayendo encima de una niña de 11, quien falleció en camino hacia el policlínico de dicha localidad.
Así como este, hay decenas de casos que no son reportados o con los que convivimos día a día sin darle la importancia necesaria. Pasamanos, escaleras, columpios, puertas y hasta tapas metálicas que son corroídas por óxido y la falta de cuidado que se tiene sobre estos. En países un poco más adelantados que el nuestro, la pérdida por corrosión alcanza aproximadamente el 3% del PBI, mientras que nosotros estaremos alrededor del 5%, es decir, 11 mil millones de dólares.
Es a raíz de eso que nace una propuesta más ahorrativa a largo plazo y con un impacto ambiental importante: el galvanizado. Este proceso de protección consiste en sumergir piezas de acero en un baño de zinc fundido a 450° Celsius, produciendo diversas capas compuestas por aleaciones de ferro-zinc, lo que se denomina interacción metalúrgica. Finalmente, a esta capa se le suma una de zinc puro en la superficie.
El zinc en la minería
Dentro de la industria minera, el acero juega un papel muy importante con respecto a la infraestructura y las inversiones que se generan a estas. Este componente se puede encontrar en diversas superficies, tuberías, estaciones y soportes que forman parte de todo el conglomerado de estructuras presentes en la obra.
Sin embargo, estas suelen tener un mantenimiento complicado y más aún costoso. Lo que ocasiona que haya este deterioro de las estructuras es, muchas veces, por el entorno en el que se ubica. Va desde ambientes con constantes gases corrosivos, las temperaturas bajas, y hasta el poco acceso que se pueda tener a estos espacios.
A comparación de este problema, la galvanización, gracias a su recubrimiento de entre 100 y 200 micras de protección, prolonga el tiempo de vida de estas estructuras. El zinc que recubre al acero, además, le permite resistir al sol y los rayos UV, así también como las temperaturas bajo cero en las que se pueda ubicar el proyecto minero.
“El galvanizado llega a ser una protección sacrificante, esto quiere decir que el zinc se va a oxidar antes que el oxígeno. Si usted pone fierro y zinc al costado del oxígeno, este siempre se va hacia el último material. En condiciones más drásticas, el consumo es de 10 micras de la capa de zinc por año. En esos casos, hay veces que se utiliza un sistema dúplex, que puede durar 20 o 25 años en ambientes agresivos”, detalla el ingeniero químico, sub gerente general de Induzinc, Persy Espinoza.
Si bien normalmente las mineras utilizan pintura para recubrir sus estructuras de acero en proyectos de entre 15 y 20 años, al final de estos suelen abandonar toda la infraestructura, quedando al final como chatarra. Por el otro lado, las que han optado por el uso de galvanizado han logrado una mayor versatilidad gracias a este recubrimiento, ya que su aplicación no depende de las condiciones atmosféricas ni del tiempo.
“La pintura debe tener una humedad relativa del tiempo para su aplicación. Al darle la última mano sobre altura, se va a prorrogar su tiempo de montaje. Con el galvanizado, es más fácil que se puedan transportar, se daña menos que un material pintado y no necesitan áreas extensas para pintar las estructuras. Incluso, a penas lo galvanizas puedes apilarlo, embalarlo y transportarlo hacia donde se va a instalar”, comenta el ingeniero Espinoza.
Añadido a lo mencionado, una de las grandes ventajas del zinc es que es totalmente reciclable y no es contaminante a diferencia de las pinturas que se le pueda poner al acero. Este metal permite que pueda ser retirado de la estructura y se pueda reusar para volver a galvanizar otros productos o el mismo, extendiendo por otros 20 años su uso. Incluso, si hay pequeñas zonas con signos de corrosión, pueden ser tratados con galvanizado en frío y así se subsane ese espacio.
En el caso que se decida por el uso de este material para la protección de sus estructuras, es importante tomar en cuenta cuándo se galvanizarían estos. Lo primordial es que en la fase de proyección se empiece con este proceso, porque una buena pieza recubierta en zinc nace desde el diseño de ella misma, debido al proceso por el que pasa. Es por eso que los agujeros de drenaje son esenciales en los soportes e implementos metálicos, para que no se acumule el zinc en ninguna parte.
“Es importante tener puntos de sujeción porque el material se cuelga, como para poder manipular el producto. Lo ideal sería consultar desde la elaboración del proyecto, en algunas observaciones de fabricación para que tenga un perfecto drenaje o desfogue. Es importante decir para qué área es, ver dónde estará ubicado y con eso se hacen las recomendaciones finales”, asevera el ingeniero Persy Espinoza.
El éxito del galvanizado
Dentro de todos los beneficios mencionados anteriormente, se destaca dentro del ámbito financiero que, a largo plazo, en temas de mantenimiento, se generaría un ahorro de cerca al 30% de los costos del proyecto. Si nos centramos únicamente en la conservación de estas estructuras, optar por el galvanizado atraería una ventaja sobre cualquier otro tipo de recubrimiento usado previamente.
Dentro del mundo de la minería existen experiencias satisfactorias de la aplicación de galvanizado. Ese es el caso de Brasil, especialmente la planta de Aripuana, quienes utilizarán alrededor de 3 100 toneladas de estructuras metálicas galvanizadas. Dentro de estas se encuentran racks de tuberías, almacenes, edificios de la planta de almacenamiento y talleres de equipos móviles.
Así como en ese país, en Chile también se están teniendo experiencias positivas con el galvanizado. Este hecho se refleja en el consumo de zinc que tienen per capita, el cual alcanza los siete kilos, mientras que en nuestro país llega a lo mucho a un kilo. La meta que se debe implementar en el Perú es que se aumente el uso de este metal en las estructuras metálicas que se vayan a usar en el sector minero y así reducir costos a largo plazo para la empresa decisora de compra.