El 2023 marcó un período alentador para el ámbito minero en la Bolsa de Valores de Lima (BVL), especialmente con el impulso generado por la adquisición del 19% de las acciones de Buenaventura por parte de la compañía chilena Antofagasta a finales del año. En este escenario, destacan commodities como el oro y la plata, que experimentaron aumentos significativos en sus cotizaciones, superando los US $2,000 por onza en el caso del metal dorado.
Contrariamente, el cobre enfrentó desafíos durante el 2023, principalmente debido a las dificultades económicas en China y los problemas en su sector inmobiliario. La economía china, responsable de más del 50% de la demanda global de cobre, tuvo que implementar medidas de rescate y reducir las tasas de interés para estimular el consumo.
Jorge Barrionuevo, asesor de inversiones en Renta 4 SAB, señaló que a pesar de la perspectiva poco atractiva a corto plazo para el cobre, actualmente cotizando alrededor de los US $3.78 por onza, podría presentar una opción interesante para los inversores a largo plazo. Barrionuevo explicó que se anticipa que China impulse su economía en el presente año, lo cual podría generar una demanda más agresiva de cobre. Aunque la recuperación no será inmediata, se vislumbra un fortalecimiento sostenido del metal a lo largo del tiempo.
Julio César Placido, jefe del Segmento de Intermediarios y Gestores de Activos de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), destacó que, a diferencia del oro y la plata, las expectativas para el cobre son más optimistas a mediano y largo plazo. A pesar de la debilidad actual debido a la sobreoferta, se proyecta que la demanda del metal repunte en los próximos años, especialmente considerando la transición hacia energías renovables.
La tendencia hacia las energías renovables es un factor clave a tener en cuenta, ya que los gobiernos están mostrando un interés creciente en este sector. El cobre desempeña un papel esencial en esta transición, siendo un conductor eficiente de la electricidad, vital para la expansión de la capacidad de generación de energía renovable y la ampliación de las redes de transmisión eléctrica. Esta tendencia augura una demanda sostenida de cobre en los años venideros, lo que podría traducirse en un aumento exponencial de su valor.
En este contexto, invertir en cobre se presenta como una opción estratégica, especialmente considerando la limitada disponibilidad de este recurso. Como señaló Barrionuevo, aquellos que posicionen sus inversiones en cobre desde ahora podrían cosechar beneficios en los próximos años. No obstante, se recomienda siempre adoptar una perspectiva de inversión a largo plazo, teniendo en cuenta la eficiencia histórica del mercado en este horizonte temporal y reconociendo la posibilidad de cambios inesperados a corto plazo.
Fuente: Gestión